lunes, 17 de febrero de 2014

La “Civilización de las Imágenes” y el Pensamiento Visual

MARISA GÓMEZ

El siguiente trabajo lo encontramos en http://interartive.org/2012/02/civilizacion-imagenes-pensamiento-visual/.

“Un tejido de imágenes envuelve nuestro mundo desde que entramos en lo que Régis Debray denomina la videosfera, esta era en la que la imagen es más fácil de producir que un discurso. Las imágenes nos devoran, nos acosan. Estamos sumergidos, inmersos en la imagen (…) Las imágenes son consumidas in situ o transmitidas sin demora, demasiado numerosas para merecer ser conservadas, tan numerosas que pronto no habrá ningún gesto nuestro que no haya constituido el objeto de una imagen, como antaño de una simple palabra”[1].

Efectivamente, las imágenes se han vuelto omnipresentes en nuestra cultura y se nos presentan bajo las más diversas formas. Resultaría imposible calcular cuantas imágenes vemos en un día: en páginas Web, en vallas publicitarias y escaparates, en las pantallas del metro, de los cajeros, de nuestro teléfono móvil, en la televisión, en la prensa. Incluso el texto se ha convertido en imagen a través de los logos de marca.

Esta situación obviamente no es completamente nueva, sino que arranca en el siglo XIX cuando comenzaron a aparecer nuevas tecnologías y modalidades expresivas de la imagen como la fotografía, la litografía, el cartel, el cómic o el cine. Con el surgimiento de la televisión, a lo largo de la década de los 60, se tomó plena conciencia del impacto que las imágenes estaban teniendo sobre la comunicación y la sociedad en general y, a través de términos como “iconosfera”, “semiosfera”, “mediasfera” o “civilización de la imagen” se trató de definir este nuevo paisaje cultural[2].

Sin embargo, a partir de la aparición del vídeo – que permite la auto-producción de imágenes – y después de la infografía, la fotografía y el vídeo digital, la Realidad Virtual (RV) o la Realidad Aumentada (RA), vinculadas a la producción y circulación digital, este proceso se intensifica enormemente, ya que las imágenes adquieren presencia en todos los ámbitos de lo público y lo privado[3]. De este modo,  la “civilización de la imagen” de la cultura televisiva se ha convertido en la era digital en “civilización de las imágenes”. No sólo por una cuestión cuantitativa y cualitativa, sino porque las imágenes forman parte ahora de una ecología visual en la que no pueden pensarse con independencia de otras imágenes ni de los dispositivos de producción, reproducción y comunicación. Ni tampoco con independencia de las relaciones que este conjunto de imágenes/dispositivos establecen con sus audiencias.

En este sentido, pensadores actuales como Flusser, Debray, Kamper o Grosskalus –como señala Claudia Gianetti- plantean que hoy ya no vivimos “exclusivamente en el mundo ni en el leguaje, sino sobre todo en las imágenes: en las imágenes que hemos hecho del mundo, de nosotros mismos y de otras personas; y en las imágenes del mundo, de nosotros mismos y de otras personas que fueron propiciadas por los medios técnicos”[4]. Parecen inevitables aquí las referencias a Heidegger –quien definió la era moderna como la de la “imagen del mundo”- o Debord y la “Cultura del Espectáculo”, así como a Baudrillard y las nociones de hiperrealidad y simulacro, que abordan esta situación desde una perspectiva crítica.

Sin embargo, como señalan Mirzoeff o Debray y como sugiere la cita de Merlot, nuestra actual cultura de las imágenes no depende tanto de la imagen como de lo visual: se caracteriza por el aumento de la tendencia a visualizar las cosas que no son visuales en sí mismas; una tendencia indiscutiblemente apoyada en el desarrollo de una capacidad tecnológica para hacer visible aquello que nuestros ojos no podrían ver sin ayuda. Dicho de otro modo, “la cultura visual no depende de las imágenes en sí mismas, sino de la tendencia moderna a plasmar en imágenes o visualizar la existencia”[5]. Hoy en día, casi siempre hay alguien observando y grabando: la vida es presa de una progresiva y constante vigilancia visual, se desarrolla en la pantalla; toda nuestra vida, desde el trabajo y el ocio a la memoria están reguladas por una experiencia más visual y más visualizada que antes.

II

En este contexto de progresivo auge de lo visual-tecnológico, la imagen se convertido en el centro de atención de múltiples discursos sociológicos y estéticos, pero también y sobre todo, en una forma de pensar, de entender, “mirar” e interpretar la realidad. Durante siglos, la epistemología occidental, sus formas de conocimiento, estuvieron ligadas a un predominio de lo textual sobre lo visual. A partir de la separación entre el “ver” y el “saber”, entre lo visible y lo inteligible, la filosofía occidental identificó la reflexión y el pensamiento con el lenguaje, y especialmente con la escritura[6]. A pesar de que el propio término eidolon (imagen como fantasma, aparición) procede de eidos (idea, pensamiento), la imagen quedó relegada al ámbito de la “representación” entendida como “simulacro”.

Así, desde el cuestionamiento de la imagen como verdad en la filosofía platónica o el cuestionamiento ético religioso a la “idolatría” en épocas posteriores, se daría siempre una búsqueda de vías “superiores” del intelecto para hallar la verdad o para comunicarse con el ser supremo. En este contexto religioso, por ejemplo, la imagen no sólo se asoció a lo pecaminoso por lo que pudiera mostrar o representar, sino a la creencia de que la representación como mero analogía se vinculaba más con la magia mimética primitiva que con algún modo “elevado” de pensar. Además, a partir de su polisemia –“toda imagen es polisémica, implica una cadena flotante de significados”, señala Barthes[7]- la imagen resultaría mucho más ambigua que la palabra, incluso aunque fuese representativa de algo. Así, paradójicamente, la imagen a través del “mostrar” definiría menos que la palabra, de modo que quedaría situada en el ámbito de lo impreciso y lo ambiguo, no pudiendo ser por ello una vía de conocimiento eficaz.

Aunque durante el Renacimiento surgiría ya un cierto espíritu de recuperación de la imagen como herramienta de conocimiento en relación a la sensibilidad estética y humanista, sería fundamentalmente a mediados del siglo XIX – coincidiendo con la aparición de las tecnologías de la visión o “máquinas de visión” en el sentido de Virilio – cuando esta concepción de la imagen empezó a subvertirse. La supuesta objetividad asociada a la imagen técnica en sus orígenes, por ejemplo, en el caso de la fotografía y el cine – donde ya no se trataba de una mera imitación de la realidad, sino de “dejar hablar a la naturaleza por sí misma” – supuso que la imagen adquiriese un estatus científico. Pensemos, por ejemplo, en los experimentos cronofotográficos de Jules Marey, cuya finalidad era revelar las formas ocultas del movimiento, aquello que no podríamos captar a simple vista, para analizarlo desde una perspectiva biológica.

A medida que el cine y otros espectáculos visuales se expandían, poniendo en imágenes los productos del pensamiento –por ejemplo, piezas literarias- la imagen fue progresivamente minando la primacía de lo textual como modo de pensamiento y como única vía válida de conocimiento[8]. Los estudios sobre la imagen y la percepción como los desarrollados por la Gestalt comienzan a extender esta idea y a poner en cuestión la tradición de inteligencia textual; teóricos como Arnheim recogerán muchas de estos principios para reafirmar la importancia de la percepción visual en la conformación del pensamiento.

III

Sin embargo, la relación entre imagen y tecnología no supuso únicamente nuevas formas de ver la realidad “objetivamente”, sino que, a través de su rápido desplazamiento al ámbito de lo estético, supuso también y sobre todo nuevas formas de expresarla que aumentaban las distancias entre realidad y representación mimética de la misma, abriendo un campo de posibilidades para una expresión compleja y reflexiva[9]. En este sentido, el papel ejercido por los dispositivos técnicos de la imagen no consistía únicamente en tratar de reproducir o presentar la realidad, sino de construirla.

Sin embargo, este proceso reflexivo tardará todavía varias décadas en alcanzar su plenitud. Por ejemplo, la rápida integración del cine en el ámbito de las industrias culturales supuso la imposición de unos modelos de representación –el conocido como Modo de Representación Institucional (MRI), que luego pasaría también al lenguaje televisivo, es un ejemplo de ello- que privilegiaban la mimesis y la transparencia. Un modelo que “coartó” en cierta medida las posibilidades expresivas (constructivas) de la imagen para avanzar hacia formas que no fuesen únicamente otra faceta de la realidad textual, sino una forma de pensamiento en sí mismas. En este sentido, las industrias culturales parecían devolver la imagen al terreno de la simulación, de lo engañoso y lo banal, de la alienación por reduplicación de lo real, más que conducirla hacia el ámbito del conocimiento. La sociedad del Espectáculo y del simulacro, que diagnosticaban un hundimiento de lo real, pueden verse como la contrapartida del desarrollo de una imagen plenamente reflexiva, capaz de reflejar las contradicciones del pensamiento.

A pesar de ello, desde los orígenes del cine, en medio de los debates sobre si persistir en la indagación de la realidad a partir del propio dispositivo técnico o emplearlo para una expresión más creativa –debates que ocuparon muchas de las reflexiones fundamentales de la historia del cine, desde Eiseinstein a Bazin o Krakauer- lo cierto es que se va desarrollando paulatinamente una nueva forma de poner la realidad en imágenes que abrirá el camino para una verdadera expresión del pensamiento: a partir del abandono de la mimesis, las imágenes –ahora relacionadas entre sí- tratan de buscar relaciones dialécticas con los conceptos que representan. Un proceso señalado por los estudios cinematográficos de Morin o recogido bajo la noción de imagen-tiempo por Deleuze en las décadas de los 70 y 80.

IV

A partir del desarrollo de los dispositivos digitales de producción, reproducción y transmisión de imágenes, éstas ya no están condicionadas por la captación o representación de la realidad, sino que pueden ser construidas con independencia de la misma. Por tanto, la capacidad de la imagen para construir la realidad a partir de relaciones dialécticas se ha visto enormemente intensificada. El paso de la representación a la presentación se ha convertido ahora en verdadera prefiguración.

Pero además, las posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales para establecer nuevos modelos de visualización y nuevas formas de poner en imagen la información, de relacionar imágenes, de transformarlas y manipularlas en tiempo real o de integrarlas en el espacio y el tiempo de nuevas formas, ha dado lugar a un nuevo modo ya no sólo de visualizar el pensamiento, sino también de pensar de formas cada vez más complejas a partir de la imagen. Es decir,  si la imagen es una forma de pensamiento, y el pensamiento es cada vez más un pensamiento visual,  a medida que se desarrollan nuevas lógicas visuales y perceptivas de la imagen-reflexión tecnológica, el pensamiento visual se vuelve también más complejo.





Videosfera, proyecto del colectivo Bestiario que reproduce visualmente la complejidad de universo de imágenes virtuales y sus interrelaciones, permitiendo navegar a través de ellas. http://www.bestiario.org/research/videosphere/

En el plano teórico, se ha hablado mucho – desde disciplinas como los Estudios Visuales o las Ciencias de la Comunicación – de la necesidad de replantear los modos en que nos aproximamos al estudio de la imagen; una imagen cuyo doble ya no es la realidad, sino el observador y la mirada. Sin embargo, a pesar de que, como hemos visto, la idea del pensamiento visual se remonta prácticamente a principios del siglo XX, se ha hablado muy poco de las consecuencias de la complejidad formal y conceptual de la imagen sobre nuestros modos de entender y pensar la realidad.

Hoy es una idea ampliamente aceptada el hecho de que vivimos en una era del pensamiento complejo, que se construyó sobre el fin de las certezas, de la objetividad y sobre el auge de la interpretación que trajo consigo la postmodernidad. Pero, considerando todo lo dicho, ¿no es posible pensar, acaso, que el propio auge de la cultura visual – que cuestionó sistemáticamente las formas de ver y pensar la realidad, y que llevó los conceptos más allá de los símbolos y las metáforas que dominaron la representación durante siglos – sea no sólo consecuencia, sino también causa del desarrollo de este pensamiento complejo?

Así, podemos afirmar que la Civilización de las Imágenes no es sólo una civilización que se ha ido desenvolviendo cada vez más en un entorno eminentemente visual, sino que es, sobre todo, una civilización que piensa en y a través de la propia (y creciente) complejidad de las imágenes que produce y consume.

Notas:
[1] MELOT, Michel, Breve Historia de la Imagen, Siruela, Madrid, 2010 (2007), pág. 91.

[2] Ver: GUBERN, Román, Del Bisonte a la Realidad Virtual, Anagrama, Barcelona, 1996, pág. 107 y ss.

[3] Esta es la videosfera o era de lo visual de Regis Debray, que sitúa como la etapa cultural que sigue a la logosfera o era del ídolo y a la grafosfera o era del arte. Ver: DEBRAY, Régis, Vida y Muerte de la Imagen, Paidós, Barcelona, 1994 (1992).

[4] GIANNETTI, Claudia, “Reflexiones acerca de la Crisis de la Imagen Técnica, la Interfaz y el Juego”, en Revista Análisis. Quaderns de Comunicació i Cultura, Server de Publicacions de la UAB, Bellaterra, Nº 27, 2001 (pág. 151-158), pág. 152.

[5] MIRZOEFF, Nicholas, “¿Qué es la Cultura Visual?” en Una Introducción a la Cultura Visual, Paidós, Barcelona, 2003 (1999), pág. 23.

[6] Ver: ONG, Walter, Oralidad y Escritura, FCE, México, 1987. El lenguaje de la escritura estimularía la capacidad de distanciamiento y, por tanto, la capacidad de reflexión. Sin embargo, es importante considerar que la escritura es eminentemente visual, un aspecto que sería prácticamente pasado por alto hasta las experimentaciones con caligramas desarrolladas en el siglo XIX por autores como Carroll o  Mallarmé. En el ámbito teórico contemporáneo, McLuhan sería uno de los primeros en reivindicar la formalidad del texto en la constitución del pensamiento –es decir, del texto como imagen.

[7] BARTHES, Roland, “Retórica de la Imagen”, en Lo Obvio y lo Obtuso. Imágenes, Gestos y Voces, Paidós, Barcelona, 2009 (1982), pág. 39.

[8] Esta “crisis del lenguaje” –como la denomina Giannetti- que se originó a finales del siglo XX y que fue plenamente constatada a principios del siglo XX, va más allá de la imagen. Para ella, el cuestionamiento de la capacidad discursiva del lenguaje para explicar la realidad y la verdad se precipita también por la crisis derivada de la relativización del discurso lógico y del cuestionamiento de las nociones de razón y verdad que habían dominado desde la ilustración. Ver GIANNETTI, Claudia, Op. Cit., 2001.

[9] Este proceso no ocurre únicamente en el caso de la imagen tecnológica, sino que tiene también sus reflejos, por ejemplo, en la pintura de las vanguardias, que abandonan la mimesis para lanzarse a la exploración de nuevas formas expresivas. Precisamente, este abandono de la mimesis para experimentar con nuevas formas de expresión se produce porque la imagen tecnológica –especialmente la fotografía y el cine- liberan a las artes plásticas del compromiso mimético al que habían estado sujetas desde la antigüedad clásica.

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martes, 7 de enero de 2014

La Historia del Cine I

El Mundo descubre un Nuevo Arte



Año: 2011
Duración: 60 Minutos
Audio: Inglés
Subtitulos: Si
Fuente: http://vk.com/video183187401_164883394
Sinopsis:
Serie basada y centrada en la particular visión de la historia del cine del crítico británico Mark Cousins, que ya había plasmado anteriormente en un ensayo del mismo nombre. La serie de historia del cine más ambiciosa realizada hasta el momento. La producción se extendió durante seis años.
La serie, narrada por el propio Cousins, pretende hacer hincapié en las películas más innovadoras, aquellas que han creado un estilo o una corriente renovadora, sin ánimo de mencionar únicamente las producciones más premiadas o más conocidas, e intentando acercarse a cinematografías no occidentales en este recorrido.


sábado, 4 de enero de 2014

Derrida ( film 2002 )

Año: 2002
Duración: 86 Minutos
Audio: Francés
Subtitulos: Si
Fuente: http://documentary.es/3459-derrida-2002-...
Sinopsis:
Documental sobre el filósofo francés (y autor de la deconstrucción), Jacques Derrida, que provocó un intenso debate en todo el ambiente académico estadounidense.

¿Y si pudiera ver a Sócrates, en la película, ensayando sus diálogos socráticos? 
¿Y si hubiera escenas de Descartes, Thoreau o Shakespeare como a sí mismos en el trabajo y en su vida diaria? 
Podríamos, tal vez obtener una comprensión más profunda de su trabajo y su vida?

Los Cineastas Kirby Dick y Amy Ziering Kofman se preguntaron estas preguntas, y decidieron formar un equipo y documentar a uno de los pensadores más visionarios e influyentes del siglo 20, un hombre que por sí solo cambió la forma en que muchos de nosotros miremos a la historia, el idioma, arte, y, en última instancia, a nosotros mismos: el brillante filósofo francés  Jacques Derrida.

Por más de cinco años, Dick Sick ( La vida y muerte de Bob Flanagan, Supermasochist") y Ziering Kofman (Productor, "Campaña de Taylor")  siguieron al reconocido filósofo, más conocido por "deconstrucción", y capturó imágenes íntimas del hombre mientras vivía y trabajaba en su vida diaria. Filmaron a Derrida en su primer viaje a Sudáfrica, donde, después de visitar la ex celda de la prisión del presidente Mandela -  da una conferencia sobre el perdón a los estudiantes de la Universidad del Cabo Occidental. Los cineastas viajan con él desde su casa en París a Nueva York, donde se discute el papel de los biógrafos y los retos a los que se enfrentan cuando se intenta cerrar la brecha abismal entre el trabajo y la vida de una figura histórica. Capturan a Derrida en momentos privados, meditando a regañadientes, la fidelidad y el matrimonio, el narcisismo y la fama, y ​​la importancia de pensar filosóficamente sobre el amor.




sábado, 7 de diciembre de 2013

Sartre, l'âge des passions (2006) (Sartre, La edad de las Pasiones)




Sartre, L'âge des passions (Dir. Claudia Goretta)
Jean Paul Sartre (Denis Podalydès) filósofo y escritor francés llega a Cuba acompañado por su eterna compañera Simone De Beauvoir (Anne Alvaro) conoce a Fidel Castro al Che Guevara y para admiración de los revolucionarios Sartre comprende y analiza muy bien lo que Cuba después de Battista vive, entiende la revolución y tiene el habla y el alma contagiada por la energía revolucionaria de la isla. Cuba intentando vender caña de azúcar al mundo, Fidel manejando un auto a través de plantíos a alta velocidad, la CIA buscando boicotear y eliminarlos a como de lugar del mercado agropecuario. Sartre regresa a Francia y enfrenta otro conflicto social, múltiples manifestaciones, la guerra con Argelia, la guerra de los seis días, el antisemitismo, los árabes y las firmas de los intelectuales a favor de ellos. Sartre tiene adeptos como gente que está en su contra. Habla de literatura, de política, su voz es escuchada tanto en el parlamento francés como en la nación y el extranjero. Viaja a Rusia, el socialismo comienza a caminar allí, critican sus libros, conoce a una traductora que lo hará henchir de placer y amor, utilizando las propias palabras de Jean Paul: siento como si hubiese vuelto a hacer el amor después de 20 años. Entonces se encuentra en una línea divisoria, su felicidad o la continuación de sus ideales filosóficos para sanar y curar un mundo enfermo, imperfecto y lleno de heridas. Sartre es nominado ganador del nobel el año 1964, por motivo de su pensamiento existancialista, este lo rechazaría.

Sartre 01a por johntawits
Sartre 01b por johntawits
Sartre 02a por johntawits
Sartre 02b por johntawits

miércoles, 3 de julio de 2013

Historia del racismo



Año: 2007

Duración: 52 Minutos

Audio: Español

Subtitulos: No

Fuente: http://vimeo.com/31468075

Sinopsis:

Documental británico de tres partes originalmente transmitido en BBC el cuatro de marzo de 2007.
Era parte de la temporada de programas transmitidos por la BBC con motivo del 200 aniversario de la Ley de Comercio de Esclavos de 1807, un hito de la legislación que abolió el comercio de esclavos en el Imperio Británico. La serie explora el impacto del racismo en una escala global y hace una crónica de los cambios en la percepción de la raza y la historia del racismo en Europa, América, Australia y Asia.

En el primer episodio de la serie comienza con la evaluación de las implicaciones de las relaciones entre Europa, África y las Américas en el siglo 15. Considera las ideas racistsa y prácticas desarrolladas en las instituciones religiosas y seculares clave y la forma en que se presentaron en los escritos de los filósofos europeos Aristóteles y Kant





Año: 2007
Duración: 52 Minutos
Audio: Español
Subtitulos: No
Fuente: http://vimeo.com/32683494
Sinopsis:
El segundo episodio examina la idea del racismo científico, una ideología inventada en el siglo 19 que se basó en prácticas ya desacreditados como la frenología y proporcionó una justificación ideológica para el racismo y la esclavitud. El episodio muestra cómo estas teorías en última instancia condujo a la eugenesia y las políticas raciales nazis de la raza superior
Historia del Racismo: Destino Fatal (2/3)

Año: 2007
Duración: 52 Minutos
Audio: Español
Subtitulos: No
Fuente: http://vimeo.com/42592424
Sinopsis:
En el tercer episodio es analizado el impacto del racismo en el siglo 20. En 1900 la expansión colonial europea había llegado hasta el corazón de África. Bajo el gobierno del rey Leopoldo II, el Congo belga se convirtió en una gran plantación de caucho. Hombres, mujeres y niños que no pudieron recoger sus cuotas de látex tendrían sus extremidades desmembradas. El país se convirtió en el escenario de uno de los mayores genocidios raciales del siglo, como un estimado de 10 millones de africanos murieron bajo el régimen colonial.

Historia del Racismo: Legado Salvaje (3/3)

miércoles, 8 de mayo de 2013

Y tú que sabes? 2 Dentro de la madriguera


Después del éxito obtenido por “¿Y tú qué sabes?” y tras una gira interminable de conferencias y proyecciones de la película , los directores del film se dieron cuenta de que la gente,  quería más.

“¿Y tú qué sabes? 2 Dentro de la madriguera ” es una versión de 2 horas y media de duración en la que sus creadores aportaron nuevos temas , para continuar debatiendo sobre la fìsica cuàntica.
Film que combina entrevistas con estilo documental, animación por computadora, nociones generales de física cuántica y ficción para sugerir que la conciencia puede modificar la realidad material.