¿¡Y tú qué sabes!? ("What the Bleep Do We Know!?" en inglés) es un film estrenado en febrero del año 2004 que combina entrevistas con estilo documental, animación por computadora, nociones generales de física cuántica y ficción para sugerir que la conciencia puede modificar la realidad material.1 La trama de la ficción gira en torno a una fotógrafa sorda que atraviesa diversas dificultades en su vida cotidiana.
El film ha recibido fuertes críticas de la comunidad científica internacional, quienes definen a esta película como pseudociencia y la incluyen dentro de la corriente new age llamada misticismo cuántico.2
La película fue dirigida por tres integrantes de la Escuela Ramtha de la Iluminación (Ramtha's School of Enlightenment)3 y cuenta con las actuaciones de varios físicos y otros científicos, además de Judith Darleen Hampton, en ocasiones llamada Ramtha, presidente ejecutiva de la empresa Escuela Ramtha de la Iluminación, de la que los tres directores son miembros.3
Existe una edición especial de la película de mayor extensión, llamada ¿¡Y tú qué sabes!?: Dentro de la madriguera.
¿Qué es la realidad? ¿Cómo la percibimos? ¿Podemos modificarla a través de la mente? ¿Qué o quién es Dios? ¿Y nosotros…? 14 destacadas personalidades del mundo de la ciencia y la espiritualidad intentan dar respuestas a éstas y a otras preguntas para abrir nuevos caminos a nuevas posibilidades.
Siguiendo la historia de Amanda, esta película/documental se sumerge en el fantástico mundo de Alicia en el País de las Maravillas con sus encuentros casuales y sus fenómenos inexplicables. A través de este viaje, Amanda descubrirá que mirar dentro de este mundo puede cambiar su vida..
CUANDO TE PREGUNTAS SI ERES FELIZ, ES QUE NO LO ERES
Krishna Murti….
El texto que a continuaciòn reproducimos es un fragmento del libro La Historia y El Cine escrito por el Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza Ricardo Ibars Fernández y la Licenciada en Historia por la Universidad de Zaragoza Idoya Lòpez Soriano.
Las relaciones entre la Historia y el cine se remontan a los primeros tiempos
del arte cinematográfico.
Las razones para esa temprana y fecunda relación son varias. Por un lado son
razones similares a las que produjeron el auge de la novela histórica en el siglo XIX
durante el Romanticismo.La naturaleza del cine como espectáculo hizo que los
cineastas buscaran escenarios exóticos y alejados en el tiempo como una forma más
de atraer a los espectadores a las salas de exhibición.
Por otro lado, la realización de argumentos que transcurren en escenarios
remotos permite a los guionistas y directores plantear reflexiones filosóficas e incluso
morales relacionadas con el momento en el que están viviendo pero que al estar
situadas dentro de escenarios históricos adquieren un aire más ejemplarizante y
universal.
Ambos factores se conjugan, por ejemplo, en la película Intolerancia
(Intolerance,1916), de D. W. Griffith donde unos decorados suntuosos y carísimos
(especialmente en las escenas de la antigua Babilonia) estaban puestos al servicio de
un alegato defensivo contra las críticas que había recibido su anterior película El
nacimiento de una nación (Birth of a nation,1915).
Los escenarios históricos (la época de Cristo, la Francia de Carlos IX, la
antigua Babilonia) le sirven a Griffith para proponer la tesis de que la intolerancia que
él ha sufrido es el principal mal que ha sufrido la humanidad a lo largo de los siglos,
convirtiendo así, gracias a la utilización de la historia, un caso particular en algo
universal. No obstante, esa suntuosidad y aparatosidad de la puesta en escena no
evitaron que la película se convirtiera en un fracaso.
Por último, hay que tener en cuenta que el interés del cine por la Historia se
enmarca también dentro de un proceso de popularización de la Historia cuyo consumo
deja de ser exclusivo de las clases intelectuales para pasar a ser privilegio de las clases
obreras y populares.
Podemos ver a continuaciòn la pelìcula completa INTOLERANCIA de 1916 con
subtìtulos en español:
A este respecto, no hay que olvidar que muchas de las primeras
películas intentan reflejar las condiciones de vida de la clase trabajadora. De hecho,
no es casualidad que la primera película rodada por los hermanos Lumière esté
titulada Salida de los obreros de la fábrica de la que existen dos versiones, una en
1894 y 1895, película cuya influencia se dejará sentir incluso en España donde ya en
1897 Fructuoso Gelabert rueda Salida de los trabajadores de la fábrica España
Industrial.
Seguidamente veremos un fragmento de la pelìcula SALIDA DE LOS OBREROS
DE LA FABRICA de 1895:
Sin embargo, estas primeras muestras no deben hacernos olvidar que si bien el
cine era un arte “popular” los primeros discursos cinematográficos estaban
enunciados desde la perspectiva del poder ya que las productoras cinematográficas
estaban en manos burguesas.
La situación cambiará en los años 20 con la revolución rusa y las películas
soviéticas hechas para glorificar la revolución y donde las masas obreras se convierten
en los protagonistas de hecho.
A partir de los años 50, el desarrollo de la televisión y de los medios de
comunicación y de la industria del cine hace que se potencie la cultura de masas e
incrementa el interés de dicha industria por los temas históricos. Es la época, por
ejemplo de los grandes “epics” hollywoodienses.
A partir de los 60 y especialmente, después de Mayo del 68, las cuestiones de
la política internacional más reciente adquieren una especial relevancia en los medios
de comunicación (la guerra fría, las tensiones con la URSS, Vietnam, nuevos
movimientos sociales) y todo ese interés se traslada también al cine.
Otro factor que influye en el interés por reflejar la Historia en el cine,
especialmente la historia inmediata, son las políticas de la memoria y el interés que
tiene revisar y reflexionar acerca del pasado inmediato como consecuencia de haberse
producido un cambio social y/o político importante.
Como vemos, la relación entre el cine y la Historia ha sido larga pero no ha
estado exenta de polémica y debate.
- CINE E HISTORIA: EL DEBATE
Desde que el cine empezó a tratar argumentos históricos el tema ha estado
rodeado de polémica. A ese respecto, el primer gran escándalo que se recuerda quizás
sea el desatado a raíz del estreno en 1915 de El nacimiento de una nación debido a
la fuerte carga racista que impregna el argumento de la película y la interpretación
que hace de hechos como el nacimiento del Ku-klux-klan y de la causa sudista. La
manzana de la discordia estaba servida.
A continuaciòn veremos la pelìcula completa EL NACIMIENTO DE UNA NACIÒN:
Dicha polémica ha ido repitiéndose en determinadas ocasiones a raíz del
estreno de películas muy concretas y eso hasta fechas muy recientes. A este respecto
no está de más recordar la discusión suscitada hace unos años debido al gran éxito
comercial e internacional de La vida es bella (La vita è bella, 1997) del italiano
Roberto Benigni. Tras el estreno de la película en Cannes se alzaron diversas voces en
medios de comunicación como “Le Monde”, “Liberation”, “Telerama” o incluso la
prestigiosa “Cahiers du Cinéma” acusando a la película poco menos que de blasfema
por utilizar el tema del Holocausto para realizar una comedia.
Esta controversia recuerda también a la aparecida con ocasión del estreno de
Holocausto (Holocaust, Marvin J. Chomsky, 1978) cuando se planteó la cuestión de si
el cine da a conocer o trivializa la Historia.
En resumen, las preguntas planteadas por la utilización de la Historia en el
cine podrían resumirse de la siguiente manera:
1) ¿Hasta qué punto el cine permite entender la Historia seria? Esta
pregunta está asociada al tema del valor pedagógico del cine y su valor
como herramienta didáctica.
2) ¿Cuál es el valor histórico del cine? Esta pregunta se refiere a valor del
cine como documento o testimonio histórico.
3) ¿El cine refleja la historia o la deforma? Aquí entraríamos de lleno en
el tema del cine propagandístico y político.
Sin embargo, el debate que se crea con motivo de la emisión en 1978 de
Holocausto y de la encuesta realizada por Habermass por aquellas fechas está mal
planteado desde el principio. La cuestión fundamental no es si el cine falsea, trivializa
u obstaculiza la verdad histórica, puesto que el cine no es la “Historia”, sino sólo una
manifestación o testimonio de la misma o, incluso, una herramienta para conocer la
Historia. Y, como tal herramienta, debe ser sometida a un severo proceso de crítica al
igual que ocurre con las demás fuentes históricas.Hay que incidir no en “si” el cine
transmite la Historia sino en el “cómo” la transmite.
Es decir, el valor del cine para el conocimiento de la Historia depende de dos
factores:
1) La capacidad del espectador para entender la película e interpretarla como
una manifestación más de un momento histórico determinado así como su
capacidad para seleccionar y distinguir los elementos del argumento de
una película que realmente tiene valor histórico de aquellos que son
solamente dramáticos y que sólo sirven a la narración.
2) El uso crítico que el historiador haga del cine como herramienta para
enseñar Historia. Ese uso exige una capacidad crítica y de selección no sólo
de los elementos históricos del argumento sino también de los restantes
elementos que componen una película (guión, montaje, producción, etc.).
Los chicos del coro Música y afecto en las relaciones educativas
Dirección: Christophe Barratier. Países: Francia y Suiza. Año: 2004. Duración: 95 min. Género: Drama. Interpretación: Gérard Jugnot (Clément Mathieu), François Berléand (Rachin), Kad Merad (Chabert), Jean-Paul Bonnaire (Padre Maxence), Marie Bunel (Violette Morhange), Paul Chariéras (Regente), Carole Weiss (Condesa), Philippe Du Janerand (Señor Langlois), Erick Desmarestz (Doctor Dervaux), Jean-Baptiste Maunier (Pierre).
Guión: Christophe Barratier y Philippe Lopes-Curval; basado en la película "La cage aux rossignols" (1945) de Jean Dréville.
Producción: Jacques Perrin, Arthur Cohn y Nicolas Mauvernay.
Música: Bruno Coulais.
Fotografía: Carlo Varini y Dominique Gentil.
Montaje: Yves Deschamps.
Diseño de producción: François Chauvaud.
Vestuario: Françoise Guégan.
Estreno en Francia: 17 Marzo 2004.
Estreno en España: 3 Diciembre 2004.
SINOPSIS
En 1949, Clément Mathieu (Gérard Jugnot), profesor de música en paro
empieza a trabajar como vigilante en un internado de reeducación de menores. Especialmente represivo, el sistema de educación del director Rachin (François Berléand) apenas logra mantener la autoridad sobre los alumnos difíciles. El mismo Mathieu siente una íntima rebeldía ante los métodos de Rachin y una mezcla de desconcierto y compasión por los chicos. En sus esfuerzos por acercarse a ellos, descubre que la música atrae poderosamente el interés de los alumnos y se entrega a la tarea de familiarizarlos con la magia del canto, al tiempo que va transformando sus vidas para siempre.
Cómo una profesora y 150 adolescentes utilizaron la escritura para cambiarse a sí mismos y al mundo a su alrededor.
Dirección: Richard LaGravenese. 2007. Alemania, EE.UU. 123 min. Guión: Richard LaGravenese; basado en el libro «The freedom writers diary» de Freedom Writers y Erin Gruwell. Producción: Stacey Sher, Michael Shamberg y Danny DeVito. Música: Mark Isham y will.i.am. Fotografía: Jim Denault. Montaje: David Moritz. Interpretación: Hilary Swank (Erin Gruwell), Patrick Dempsey (Scott Casey), Scott Glenn (Steve Gruwell), Imelda Staunton (Margaret Campbell), April Lee Hernandez (Eva), Mario (Andre), Kristin Herrera (Gloria), Jacklyn Ngan (Sindy), Sergio Montalvo (Alejandro), Jason Finn (Marcus), Hunter Parrish (Ben). Sinopsis. A sus 23 años, todavía con aspecto de estudiante, la idealista Erin Gruwell (Hilary Swank) hija de un activista de los Derechos Humanos que de pequeña había querido ser abogada para defender a los pobres y excluidos, parece dispuesta a comerse el mundo el día que entra en el instituto Wilson para estrenarse como profesora. Pero su clase lo único que espera es sobrevivir un día más; son un grupo multiétnico de adolescentes de los más variados orígenes. Lo único que parecen tener en común es el odio que se profesan entre sí y la intuición de que el sistema educativo se está limitando a almacenarlos en cualquier lugar antes de que tengan edad para desaparecer. Erin se empeña día tras día en ganarse a sus estudiantes pese a su obstinado rechazo a toda forma de participación en las clases. Sin embargo, la actitud optimista de la maestra es una bofetada para los endurecidos alumnos, quizá peor que el cinismo o la indiferencia de los otros profesores. Un día la profesora intercepta un dibujo donde se insulta a un joven negro mediante la exageración de rasgos físicos. En un momento de inspiración, compara el dibujo con las caricaturas que los nazis hacían de los judíos y les menciona el holocausto. Para su sorpresa, la gran mayoría de sus alumnos desconoce la historia de la «solución final» nazi. A partir de ese momento, la maestra modifica el plan de estudio, y cambia «La Odisea» por «El Diario de Anna Frank». Cuando los directivos de la escuela se niegan a pagar los nuevos libros y otras actividades que Gruwell planea, la profesora toma dos empleos adicionales para financiar su proyecto, lucha contra superiores y parientes, para quienes su nivel de compromiso resulta exagerado e inapropiado. Los jóvenes, en cambio, reaccionan positivamente al desprendimiento de la mujer, y se integran por completo. Sabiendo que cada uno de sus estudiantes tiene una historia que contar, Erin les anima a que escriban un diario con sus pensamientos y experiencias. Los diarios de los chicos pronto dejan de ser deberes de clase y se convierten en un instrumento de afirmación vital. Cuando Gruwell les regala cuadernos para que hagan anotaciones diarias sobre su vida y pensamientos, los cuadernos se convierten en un remedio y pronto se llenan con el dolor y la angustia de los jóvenes. sin embargo, el contacto con sus estudiantes afecta a Erin en su familia y en su matrimonio. leer mas en Cine y Educaciòn
Una dramatización, en estilo teatral moderna, de la vida y el pensamiento del vienés, educado en Cambridge filósofo Ludwig Wittgenstein (1889-1951), cuyo principal interés era la naturaleza y los límites del lenguaje. Una serie de bocetos muestran el desarrollo de su vida desde su niñez, a través de la era de la Primera Guerra Mundial, para su eventual cátedra de Cambridge y de asociación con Bertrand Russell y John Maynard Keynes. El énfasis en estos bocetos es en la exposición de las ideas de Wittgenstein, un homosexual y un pensador intuitivo, caprichoso, orgulloso y perfeccionista generalmente considerado como un genio.
Director: Derek Jarman. Escritores: Ken Butler, Terry Eagleton. Reparto: Clancy Chassay, Jill Balcon and Sally Dexter
El 4 de noviembre de 1970, los servicios sociales de la ciudad de Los Ángeles descubrieron una niña de trece años en estado semisalvaje, una criatura incapaz de hablar después de haber pasado su vida encerrada en una habitación a oscuras y en condiciones infrahumanas. Según describieron los testigos, en aquella habitación no había más que una silla-orinal, algunos ejemplares atrasados de la revista TV-Guide y la jaula de alambre en la que su padre la encerraba para dormir cada noche.
Durante aquellos trece años de vida, la pequeña Genie, como la bautizaron más tarde los investigadores, había tenido prohibido hablar o emitir sonido alguno. Su padre le golpeaba salvajemente o le ladraba como un perro si se le ocurría hacer algún ruido. Además de mantenerla aislada del resto de la familia, aquel hombre no le proporcionó otro alimento que no fuera comida para bebé o huevos cocidos. El habitáculo donde permanecía recluida, con las ventanas selladas, apenas le permitía ver cinco centímetros de cielo.
Cuando los psicólogos examinaron a la niña, descubrieron que caminaba con dificultad y se comportaba como una criatura salvaje: escupía, arañaba o trataba de masturbarse compulsivamente. La niña tenía un vocabulario de veinte palabras, en su mayoría órdenes como “¡para!”, “no” o “¡ya no más!”.
Sin embargo, y a pesar de que fue trasladada de inmediato a un hospital de Los Ángeles, la pesadilla de la pequeña Genie aún no había terminado. Animados por el estreno de la película “El pequeño salvaje” de Truffaut, varios investigadores se interesaron por su caso y creyeron ver en ella una oportunidad para avanzar en sus estudios sobre el lenguaje y el cerebro humano.
Casa de la familia de Genie
Durante largos meses Genie fue sometida a decenas de pruebas, con un valor más experimental que terapéutico, mientras los investigadores se peleaban por ver quién se quedaba con su caso. La doctora Jeanne Butler, en concreto, presumía de que aquel caso iba a hacerle famosa y terminó llevándose a la niña a su propia casa, donde la grabó durante horas mientras realizaba con ella todo tipo de pruebas de dudoso valor científico.
Después de aquella situación, otra pareja de científicos, el matrimonio Rigler, se hizo cargo de Genie y siguió con los experimentos. A pesar de que hubo algunos progresos, las pruebas incluían actividades contradictorias para la niña, como obligarle a recordar lo que le hacía su padre o permitir que se arañara la cara como forma de expresar su rabia. Después de comprobar las irregularidades, y la ausencia de un plan científico, la Asociación de Salud Mental de los Estados Unidos retiró el apoyo económico a la investigación y los Rigler perdieron el interés por la niña.
Por si el desbarajuste era pequeño, un tribunal devolvió la custodia a la madre, que interpuso una demanda contra todo el equipo de investigación y el hospital infantil de Los Ángeles por haberla sometido a “excesivas e insoportables” pruebas. Finalmente, la madre no fue capaz de cuidar de Genie y la niña pasó por otros seis hogares adoptivos, en algunos de los cuales volvió a sufrir malos tratos que le llevaron a profundas regresiones.
Hoy día sólo sabemos que, de estar viva, Genie se encuentra ingresada en alguna institución mental después de una vida miserable y sin haber superado ninguno de sus problemas.
Además de los interrogantes que plantea, el comportamiento de los científicos en el caso de Genie nos retrotrae a otras situaciones en las que los límites de la investigación no están del todo claros. En 1822, por ejemplo, el doctor William Beaumont se hizo cargo de un paciente herido durante una cacería al que los disparos habían dejado un agujero en el estómago. Durante los siguientes veinte años, el médico puso todo tipo de excusas para no cerrar la herida y seguir experimentando con aquel hombre, al que introducía alimentos con una cuerdecita para ver el efecto de los jugos gástricos.
Las investigaciones de Beaumont con aquella “cobaya humana” sirvieron para avanzar de manera muy significativa en el conocimiento de la digestión y ayudaron a salvar la vida de muchas personas. De igual forma, en el caso de Genie, los controvertidos experimentos de los psicólogos sirvieron para conocer algo más sobre el origen del lenguaje y las funciones cerebrales.
Salvando las distancias, y más allá de la buena o mala voluntad de los investigadores, en ambos casos alguien dio prioridad al resultado de una investigación frente al bien del paciente y en ambos casos es legítimo hacerse la misma inquietante pregunta: ¿Tenían derecho a hacerlo?
A continuaciòn veremos el documental sobre Genie emitido por Televisiòn Española que generò un debate en los años 70, ¿qué influye más en nuestro desarrollo, la herencia o el medio?
La película: El Pequeño Salvaje. L’enfant sauvage Francia. 1960. 85 min. B/N. Director: François Truffaut. Fotografía: Néstor Almendros Intérpretes:Jean-Pierre Cargol (Víctor), François Truffaut (Jean Itard), Françoise Seigner (señota Guerin), Paul Villé (Remy), Jean Dasté (Professor Pinel) Sinopsis: Basada en un hecho real relata la historia de un niño salvaje capturado en los bosques franceses y recluido en un instituto de investigación. De vivir como un animal libre pasa a convertirse en un ser rechazado, maltratado y visto como un fenómeno inhumano. Sólo el doctor Itard hará todo lo posible para hacer de él un ser civilizado llevándolo a su propia casa. Transcurrido un tiempo, el niño se encontrará perdido entre su deseo por recuperar su vida salvaje y su nueva etapa junto a su protector.